Algo absurdo.

Ayer, estaba yo "de compras" en el famoso Puerto Venecia, cojeando, aguantando los picores, y cuando me acerco al cajero, había dos personas, una en él y la otra esperando. Yo esperé, y cuando le tocaba a la señora usarlo, resulta que estaba tardando demasiado, veía que se quedaba mirando la pantalla con cara de extrañada, pero no era plan de acercarme haber que le pasaba, así que seguí esperando, y ella seguía con cara de duda, dándole a los botones de la pantalla, seguidamente con el dedo, y se giró mirándome, como si quisiera pedirme ayuda, pero claro, lo mejor era esperar a que ella me hablara  o me hiciera algún tipo de seña, no vaya a ser que por mis pintas, se piense que voy a "robarle", como pasa normalmente en este mundo de prejuicios.

Seguía en su línea, y por fin se vuelve a girar y me dice que le está dando al botón todo el rato y que no le funcionaba nada, que no sabía porque...que si yo sabía algo. Claro, ese era el momento de acercarme a ella, y cuando vi lo que estaba haciendo, me entró la risa tonta, y tuve que controlarme un poco para evitar problemas.

Resulta que estaba dándole a los botones de arriba de la pantalla, en vez de darle a los botones de abajo del cajero, "continuar", "corregir", "cancelar"...imagino que ya sabéis a los botones que me estoy refiriendo...
Ahí fue cuando le dije, que tenía que darle a esos botones y no a los de arriba de la pantalla, y lo mujer, claro, se echó a reír, diciéndome que más torpe y tonta no podía ser, y que gracias por eso.

Confieso que una vez que se fue, y que por fin pude usar el cajero automático, volvió a entrarme la risa pensando en ello, pero esta vez no me controlé, así que me reí a gusto, y a otra cosa mariposa.
Continué mis "compras", sufriendo a cada paso, pero en cuanto llegué a casa, lo primero que hice fue, descalzarme, quitarme los calcetines, y meter en remojo mi pie "ampolloso" hasta que mis picores se calmaron, pero mis manos seguían picándome, y tuve que hacer lo mismo, junto con una crema calmante.